Abrí mis ojos ante el sonido del grito autoritario de un desconocido sujeto, que en menos de lo que me di cuenta nos (había otros como yo) ordenó vestirnos, salir, formarnos en fila, tomar un arma y subir a un camión. El miedo se podía ver en nuestros rostros.
Ninguno sabía lo que sucedía y mucho menos manejar un arma, un disparo se le escapó a alguien y mató al niño que estaba junto a mí. El camión frenó, nos hicieron bajar de forma acelerada y balas que venían de todos lados comenzaron a llegar hacia nosotros.
¿Es una pesadilla? No, nos están usando en sus guerras, somos niños y nos están usando