27/12/10

Sin remitente


Hola, cómo estás? Sí ya estás leyendo esto es porque seguro la noche ha llegado y tu cuerpo se encuentra descansando, y como todas las noches desde el instante aquel en que nos conocimos. Ahora me estarás buscando, pero no, no vas a encontrarme esta vez, porque simplemente ya no estoy, ya no existo más. Del mismo modo que llegué me voy. No vine aquí para quedarme por siempre, vine porque me llamaste y me voy porque ya no me necesitas. Fui una creación tuya (no sé si buena o mala) ante la soledad inminente, y sí, creo que fui importante, pero ya no, ahora sé que debo marcharme. Al final, nunca fui real. Fui efímera, volátil como el aire que no se puede atrapar.

Lamento hacerte despertar así, pero fui solo un sueño, mujer de sueño (¿sueño de mujer?) y ahora, mientras duermes recoges este papel que he dejado la filo de tu almohada. Gracias por haberme convertido en tu realidad por este tiempo.

Desde el callejón de los sueños me despido.


Suenan carros... Un bostezo... Un joven despierta y se dice a si

- Soñé algo... y creo que era interesante.

(Se queda pensando)


- En fin! no lo recuerdo.

Mientras una voz en su interior le susurra "No me olvides"

2 comentarios:

  1. un gran deseo... el no ser olvidada es muy importante... y eso siempre se pide cuando queda nada... algun consuelo debe quedar para quien amo mas...creo

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  2. Una existencia remitida al recuerdo, y por lo tanto a la voluntad de otro, los momentos agradables fugaces e inesperados suelen conmover y dejar marcas. Alaja el blog¡¡

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